11 septiembre, 2016
Probablemente habrás escuchado en más de una ocasión expresiones del tipo
Si no estás en Internet no existes.
Estar en Internet es fundamental para cualquier tipo de negocio.
Todas estas expresiones no van mal encaminadas, hoy en día el simple hecho de tener una página web puede marcar la diferencia entre el éxito o fracaso de un negocio. Obviamente, conseguir hacerse un hueco en Internet suele ir acompañado de otras estrategias, como posicionamiento, redes sociales etc.
Pero la base fundamental es ese espacio en Internet, esa información de la empresa que está accesible a todo el mundo, en definitiva, el sitio Web.
Alcance: Como ya hemos adelantado, el tener una página web te permite dar a conocer tu negocio, llegar a más personas independientemente de que éstas estén o no cerca de ti. Las limitaciones o barreras geográficas comienzan a atenuarse, los límites de tu negocio los pones tú. Puedes llegar a quién quieras.
Disponibilidad: Tu página web estará siempre funcionando, es como tener tu oficina siempre abierta, los usuarios puedes acceder a información relevante y contactar contigo a cualquier hora del día. Con el ritmo de vida que llevamos hoy en día, en muchas ocasiones acabamos dejando las últimas horas de la noche o los fines de semana para realizar ciertos menesteres. Ahora eso no importa ya que los usuarios pueden acceder a información de tu negocio y contactar contigo cuando lo deseen.
Competencia: posibilidad de competir con los más grandes. Tener una página web con un diseño atractivo está al alcance tanto de una gran empresa, como de una pequeña o de un autónomo. Internet nos ha dado claros ejemplos de éxito de pequeñas empresas que han triunfado y crecido exponencialmente tan solo con la ayuda de una página web, redes sociales y ganas de trabajar.
Imagen: tener una página web otorga credibilidad a tu negocio y a tu marca y eso siempre es útil para captar nuevos clientes. Las primeras impresiones serán buenas.